Luna Marina Chiodi

Luna tenía miedo, denunció y no alcanzó La persiana metálica verde oscuro está baja. Sobre ella reposa una pizarra que aún deja ver una lista de insumos de almacén borroneados debajo de letras recién grabadas: “Gracias vecinos por tanto cariño”, firman “Los Chiodi”. A su lado, una cartulina verde con purpurina plateada dice que Luna nunca dejará de brillar y otra pizarra cercana anuncia la dirección del velatorio en Playa Pascual. En el homenaje que montó la familia sobre la calle José Luis Terra tampoco falta un cartel con el nombre completo de la recordada: Luna Marina Chiodi, la séptima víctima de un femicidio que ocurre en Uruguay desde que comenzó el 2018.

Luna Marina Chiodi abrió por última vez su almacén, ubicado en el barrio Goes, el lunes 19. Hace poco más de seis meses se había instalado con su pareja en esta zona y juntos habían montado el negocio.

La corta residencia no permitió que los vecinos la conocieran demasiado, sin embargo, varios destacaron su amabilidad a la hora de atender el comercio. Pero esta no es la primera vez que la cortina está baja. En el mismo lugar en que ahora persiste el recuerdo, en febrero pudo verse un cartel que decía “Cerrado por violencia de género”. A él no se lo vio más, Luna lo había denunciado. Pero Luna tenía miedo.

Según relató una residente de la misma cuadra, el viernes anterior a su asesinato Luna le comentó que no quería estar sola por temor al daño que pudiera causarle su expareja y que esperaba, por tanto, la compañía de su hermana. La orden de restricción de 200 metros que regía desde el 1° de marzo no fue impedimento para que el agresor esperase a que Luna estuviera sola para matarla. La mató a puñaladas en el mismo almacén que juntos habían puesto, tiró el cuchillo en una volqueta cercana y fue detenido horas más tarde en la zona del Río Santa Lucía.

El de Luna es el primer femicidio de este año que ocurre en Montevideo, los otros seis se dieron en el interior del país: Rivera, Cerro Largo, Treinta y Tres, Tacuarembó, Salto y Rocha.

A cada muerte sigue una alerta feminista y esta no fue la excepción. El miércoles 22 familiares de la fallecida y vecinos de Goes marcharon en las cercanías de la casa y la homenajearon frente a la puerta. Sobre la pared, dejaron bien claro que se trató de un femicidio. En letras rojas, enmarcado entre trapos negros y violetas (colores que representan la lucha contra la violencia de género) puede leerse: “Acá un hijo de puta mató a una madre, hija, hermana”. Son siete las asesinadas y ya son al menos 20 los hijos que lloran a sus madres. Con la muerte de Luna, cada 11 días —en promedio— Uruguay perdió a una mujer, por ser mujer.