Sirley Silva

La noche del 21 de febrero Santiago, un niño de ocho años, se quedó sin madre por un nuevo femicidio en Uruguay, concretamente en la ciudad de Tacuarembó. Sirley Silva Ferreira tenía 25 años, se había tatuado el nombre de su hijo hacía solo unos días y lo mostraba orgullosa. La noche del miércoles fue asesinada por su tío, quien borracho tras una discusión “por motivos familiares” le dio una puñalada en el tórax. Sirley fue trasladada a un hospital, tras un llamado anónimo a la Policía, y allí falleció.

“Feliz de ser yo”, así se definía ella misma en su cuenta de Facebook que familiares, amigos y conocidos han compartido desde la tragedia dejando sus mensajes de pésame y recuerdos.

Jennyfer Martínez era vecina y amiga de Sirley desde siempre. “El frente de mi casa es pegado al fondo de la suya y nos separa solo un muro de tablitas al que saltó varias veces para venir conmigo. Compartimos mates, almuerzos, meriendas y cenas. Siempre tan compañera para todos y hoy nos duele tanto esa triste partida”, lamentó.

En el barrio Sirley era conocida por su buen humor y simpatía: “Ella con su sonrisa siempre. A las carcajadas con todos”, rememoró.

Era una mujer dedicada a su hijo “al cien por ciento” y que “siempre estaba preocupada por que tuviera una buena alimentación, que toda la casa estuviera en orden así su hijito jugara en un lugar limpio y prolijo”, aseguró Jennyfer. Además, destacó que el pequeño disfrutaba de la buena relación de sus padres.

La amiga contó que Sirley era una mujer que “amaba mucho a su madre y sus hermanos” y agregó: “Donde esté solo le pido que nos cuide y que jamás borre los lindos recuerdos que tenemos de ella”.

El día de su muerte, como tantos, otros Jennyfer y Sirley habían compartido parte de su día: “Charlamos y reímos como siempre. Nunca imaginé que sería nuestra última vez”, dijo y concluyó pidiendo justicia por su “dulce” amiga.

Por Mariana Malek