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El regreso triunfal

Cinco años después del comienzo de la década del 30 y seis luego de la última edición, el Campeonato Sudamericano volvió a disputarse. No fue un torneo normal, dado que tuvo carácter de extraordinario pero lo que si fue habitual que Uruguay llegara como el firme candidato al título.

Con dos oros olímpicos, un Mundial y seis Campeonatos Sudamericanos en las vitrinas, la celeste llegó a Perú para conseguir un título más, aunque tendría un fuerte rival: Argentina, última campeona del torneo. Chile completó los cuatro equipos participantes que se citaron en Lima, ciudad en la que se desarrolló el torneo. El Estadio Nacional fue el único estadio en el que se disputaron partidos.

Con la vuelta de los jugadores aurinegros a la selección, fueron 18 los futbolistas uruguayos que viajaron bajo la dirección técnica de Raúl Blanco. Seis tricolores, cuatro aurinegros, tres de Wanderers, dos de Rampla Juniors, uno de Defensor Sporting, uno de River Plate y uno de Racing. Pero los charrúas a pesar de llegar como candidatos no tuvieron un gran comienzo. Ante la selección incaica disputaron un partido parejo y salvaron el debut gracias a un gol de Héctor Castro a los 80’. Por la mínima, la celeste se quedó con el triunfo en el inicio.

Luego llegó el turno de enfrentar a Chile en otro partido que costó sacar adelante. Es cierto que Uruguay comenzó ganando, gracias a un gol de Aníbal Ciocca, pero Chile igualó en el complemento. Pero la reacción uruguaya fue rápida y al minuto del empate volvió a aparecer Ciocca para poner la ventaja final. La celeste llegó con puntaje ideal al último encuentro, al igual que Argentina. La diferencia fue que los albicelestes golearon en los dos encuentros, por lo que llegaban con mayor expectativa al encuentro decisivo.

Pero Uruguay, que cinco años atrás los había vencido en la final de la Copa del Mundo, volvió a plantarse y se quedó con el triunfo. Fue un categórico 3-0 con goles de Héctor Castro, Alberto Taboada y Aníbal Ciocca que le dio el título con puntaje perfecto. Esta fue la séptima copa del continente que conquistó la celeste y también el séptimo título personal con la selección que consiguió José Nazzazi. Tras este título, uno de los jugadores más gloriosos que vistió la camiseta de Uruguay, no volvió a levantar una copa.