Diez discos que nos atraparon este añoEl País eligió las diez ediciones discográficas internacionales más destacadas de 2015

The Waterfall

MY MORNING JACKET

  • The Waterfall
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To Pimp A Butterfly

KENDRICK LAMAR

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Emotion

CARLY RAE JEPSEN

  • Emotion
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Purpose

JUSTIN BIEBER

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  • JUSTIN BIEBER

Currents

(Universal)

Tame Impala

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I Love You, Honeybear

Father John Misty (Sub Pop)

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Another One

(Captured Tracks)

Mac Demarco

  • Another One (Captured Tracks)
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Algo sucede

(Sony)

Julieta Venegas

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What Went Down

(Warner)

Foals

  • What Went Down (Warner)
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Beauty Behind The Madness

(Universal)

The Weeknd

  • Beauty Behind The Madness
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The Waterfall

/ MY MORNING JACKET

Jim James es un hombre que lleva grandes temas dentro de sí. Con un espíritu que parece habituado a lidiar con las grandes cuestiones de la vida, James canta sobre la fe o sobre nuestro lugar en la existencia. Y lo hace con un estilo único, con una voz capaz de subir a las nubes para recoger consejos de los celestiales. La banda que integra es de las más originales del rock alternativo, con un sinfín de influencias pero una asombrosa capacidad de hacerlas convivir sin que todo suene forzado o caótico. En este disco, James y sus compañeros vuelven a encontrarse con la inspiración. Y con tanta experiencia, el resultado es superlativo. Hay de todo un poco en las espirituosas canciones de James y aunque los sonidos de la banda sean clásicos., están configurados de manera novedosa: todo suena familiar para cualquier fanático del rock, pero al mismo tiempo sopla un viento de frescura que atraviesa todo el álbum y que lleva a la banda a nuevos lugares, llenos de sol y cascadas de agua.

-Fabián Muro-

To pimp a butterfly

/ KENDRICK LAMAR

Lo que al principio parecía otra superproducción discográfica fue revelándose como una curiosa y compleja experiencia. En ella, el rapero más talentoso del momento nos lleva por todos sus estados de ánimo y pensamientos. A veces, parece encarnar el eco de la voz de Gil Scott-Heron con su cadencia “talking blues”. Otras, adopta un agresivo estilo para deshacer con rimas elaboradas no solo el racismo blanco, sino también para poner el dedo en la llaga de la problemática de su comunidad. Pero sobre todo, incorporó un aire jazzy que redimensionó al hip hop y las posibilidades que éste ofrece para un poeta lúcido. Uno que además es un músico con un oído sintonizado para captar no solo el frenesí de la hora pico, sino también la serenidad de la madrugada. Ese lapso de tiempo cuando la mayor parte de la ciudad empieza a despertarse y los rezagados de la noche dan sus últimos pasos sobre el cemento en su camino hacia el destino.

-Fabián Muro-

Emotion

/ CARLY RAE JEPSEN

El título es perfecto para este álbum. La canadiense sabe, como decía Dylan, que es imposible ser sabio y estar enamorado al mismo tiempo. Entonces, tira la razón por la borda y deja que sean las emociones las que gobiernen estas canciones, llenas de deseo (“Gimme love”), ilusión (“Let’s get lost”), decepción (“Boy problems”), reproches (“When I needed you”) y reconciliaciones (“All that”). Un manual musical de la infatuación y todas sus consecuencias, esas que nos transforman en seres ridículos a los ojos de otros y, a la vez, estrellas de nuestras propias películas. Jepsen sigue con una actitud algo ñoña cuando le canta al amor, pero se lo perdonamos porque en el repertorio de este disco encuentra siempre el camino preciso hacia la parte de nuestros oídos que menos resistencias ofrece a los instintos románticos.

-Fabián Muro-

Purpose

/ JUSTIN BIEBER

Luego de muchas canciones sosas (aunque muy bien hechas, faltaba más con tanto productor a su disposición), Bieber fue obligado a, al menos en apariencia, madurar. No esperemos, sin embargo, un nuevo Robbie Williams. Ese tipo de estrella pop surge muy de vez en cuando. Aún así, el canadiense fue capaz de confeccionar un disco con un repertorio que flaquea muy pocas veces. La mayor parte del tiempo, Purpose es un disco musicalmente triunfal, con un montón de ocurrencias melódicas, rítmicas y sonoras que le calzan a la perfección a la dulce voz de Bieber. Si bien brilla más cuando le toca interpretar canciones mid o uptempo, en casos como “No pressure” demuestra que también puede llegar a ser un crooner romántico. Pero para qué pensar en lo que puede ser. Mejor disfrutar de un álbum a la altura de los mejores del pop actual, como los de The Weeknd y su compañera Rae Jepsen, ambos incluidos en este balance 2015.

-Fabián Muro-

Currents

/ Tame Impala

Currents es el mejor disco del año. Desde el primer álbum la banda Tame Impala —que es en realidad un hombre orquesta, Kevin Parker— ya se proyectaba como de lo más novedoso de su generación. Este disco deja atrás las guitarras fuertes —que hicieron tan buena a una canción como "Elephant"— y la estructura más típica de una canción para encarar los temas de una forma que tal vez recuerda a Pink Floyd. Cada uno tiene capas, sonidos y detalles infinitos, que por momentos se adueñan de la canción durante los largos pasajes instrumentales. Desde lo musical hasta las letras, Currents es un disco perfecto, en el que todas las partes se complementan entre sí. Los temas son la ruptura y el cambio (“Yes i’m, changing” y “Let it happen” son las máximas exponentes) y los enfoca de forma conmovedora y optimista.

-Alejandra Pintos-

I Love You, Honeybear

/ Father John Misty (Sub Pop)

Las canciones de amor y ruptura de Father John Misty son únicas. Son tristes, crudas, graciosas, excéntricas, melancólicas y sinceras al mismo tiempo. Y él también es así, único, una mezcla entre hipster, rockero y cantante folk de la vieja escuela. Ya en su disco debut como solista, Fear Fun (2012), había demostrado su originalidad, por lo que I Love You, Honeybear, es tan solo su crecimiento natural, aunque el salto artístico es innegable. El mejor tema es, sin dudas, “I Love You, Honeybear”, que le da el nombre al disco y es una fiel muestra de él. Father John Misty —nacido Joshua Tillman— le canta a su ex pareja y a través de distintas imágenes cuenta su añoranza por el sexo bizarro y complicado que tenía con ella.

-Alejandra Pintos-

Another One

/ Mac Demarco

La música del veinteañero podría colarse perfectamente en una colección de álbumes de 1970, porque su sonido tiene aires a Lou Reed, con un baño de surf rock y tal vez algo de la sensibilidad compositora de Daniel Johnston. Su voz como adormecida, relajada y tranquilizadora contrasta con letras de desamor, amor, drogas y el sinsentido de la vida. Another One es un disco corto pero contundente y sigue en la línea de sus discos anteriores pero es menos guitarrero y más volcado a los sintetizadores y teclados, un viraje que le sienta muy bien. Es inevitable, después de escucharlo, sentirse relajado y volver a creer en el amor. “Dale, dale a este joven amante una oportunidad/ Haré que tus ojos vuelvan a brillar/ ¿Qué puedes perder?” canta en “No Other Heart" y si bien le habla a una chica, esto también se aplica a los que se animen a escuchar el disco.

-Alejandra Pintos-

Algo sucede

/ Julieta Venegas

Las vueltas de la vida llevaron a la mexicana de vuelta a la luz. Tras la oscuridad en que se había sumido en su anterior disco, Los momentos, con Algo sucede asciende hacia un presente de problemática, sí, pero que en el fondo esconde una esperanza. Julieta Venegas habla de la vida y del amor como siempre, pero esta vez desde otra perspectiva: desde la de una mujer madura que sabe que ya no le queda tanto tiempo, y que tiene ganas de decir qué le está pasando. Y eso es tan valiente como bienvenido. Musicalmente, este disco es una montaña rusa que va de la explosión electropop brillante a la balada de piano dramático una y otra vez, con necesidad de dar golpe tras golpe al que lo está escuchando, sin respiro. Al final, así es la vida, ¿no?

-Belén Fourment-

What Went Down

/ Foals

“I buried my heart in a hole in the ground” (“Enterré mi corazón en un agujero en el suelo”) aúlla la voz de Yannis Philippakis, gran cantante y abre el nuevo disco de Foals, una joya de este 2015. Oscuro, ruidoso, turbulento, What Went Down es un camino sin salida hacia la desesperación y la catarsis, a fuerza de distorsión y de unas baterías bien intensas. Todo lo que Foals ha demostrado ser está ahí: tiene rock más duro y más suave (casi, casi pop), un fondo punk, algunos puntos de contacto con el grunge y unas sutilezas psicodélicas que lo vuelven irresistible. Todo se mezcla para generar un ambiente a veces denso, al que uno se termina acostumbrando tanto que bien podría no salir. Mucho mérito de eso es del brillante Philippakis, que es todos los cantantes en uno.

-Belén Fourment-

Beauty Behind The Madness

/ The Weeknd

¿El pop tiene nuevo rey? El nivel que alcanzó The Weeknd (el canadiense que en realidad se llama Abel Tesfaye) en 2015 exige hacerse esa pregunta. Con un peinado raro, este muchacho de apenas 25 años dejó su camino alternativo de anonimato y mixtapes para hacer las cosas del modo tradicional: editar un disco largo de pop moderno con reminiscencias antiguas. Un tiro que, el tiempo se lo demostró, es totalmente acertado. En Beauty Behind The Madness, The Weeknd hace una maravillosa combinación de lo mejor de las distintas (y diversas) décadas del pop y se acerca con sutileza al hip hop, mientras ahonda en su deliciosa melancolía y en sus miserias. Obviamente, es imposible no pensar en Michael Jackson, y es imposible que este disco no sea rotundo si tiene “Can’t feel my face”.

-Belén Fourment-