Las huellas del crimen
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Las huellas del crimen
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Los puntos remiten a un episodio de la historia.
Episodio 1
Tiroteo en el puerto
Episodio 2
Búsqueda febril
Episodio 3
"El Mincho" vuelve a zafar
Episodio 4
Con el caballo cansado
Episodio 5
Peligroso y armado
SOBRE ARISTóBULO GUERRA - @aristoguerra
Nació en Montevideo el 31 de diciembre de 1935. Vivió en Capurro hasta la adolescencia, luego se mudó con su familia a La Comercial. Al cumplir los 15, mientras cursaba cuarto año de liceo, su padre murió de un ataque cardíaco. El padre trabajaba en los ferrocarriles y la pensión que dejó era bastante exigua para una familia compuesta por su esposa y tres niños. Como Aristóbulo era el mayor le tocó salir a ganarse el pan. Su primer trabajo fue el de canillita.

Aristóbulo Guerra El amor por el papel y la tinta nació muy temprano para Aristóbulo. Por eso, cuando terminó pasando al otro lado del mostrador y entró a su primera redacción un poco antes de cumplir los 18, no fue ninguna sorpresa para él.

A fines de la década de 1950 los grandes diarios dominaban la escena. Apenas una década después nacía la televisión, pero el principal medio de información para el público continuaba siendo el papel impreso, matutino y vespertino.

Después de hacer sus primeras armas como pinche de redacción, Aristóbulo comenzó a trabajar en la página policial. Era el benjamín al lado de aquellos veteranos que escribían de corbata y sombrero, aporreando máquinas de escribir sin cesar.

Cuando despuntaba la década de 1960, Aristóbulo ya era un joven cronista consumado. Poco a poco se había ganado la confianza de los más veteranos y conquistó el derecho a escribir sus propias notas y, un poco después, a firmarlas.

Don Aristóbulo Guerra trabajó en casi todas las redacciones de diarios que existieron, grandes, medianas y chicas. Y así lo hizo hasta 2001, cuando ya algo veterano decidió dejar el oficio que tanto había amado. Tres matrimonios quedaron por el camino por entregar su vida a la marcha de las rotativas. Era hora de descansar.

Ahora en 2016, cada tarde sale a pasear por la ciudad y no puede evitar que los recuerdos de aquellas crónicas vuelvan a aflorar. Mientras camina, Aristóbulo arma con retazos que, como viejos fantasmas aparecen en su mente, aquellas historias que tanto lo han desvelado.
Ovidio Viña

CARLOS BASILIO MYCIO MARTINCORENA

El pistolero convertido en leyenda que mereció su estrofa en una popular canción creada por Jaime Roos, protagonizó una de las mayores cacerías humanas de la historia criminal uruguaya. Murió acribillado por las balas policiales luego de haberse enfrentado a tiros con hombres de Investigaciones y haber dado muerte a uno de ellos. Los integrantes de su banda lo sobrevivieron por varios años y de algún modo contribuyeron a perpetuar su mito.
Los otros implicados
Ovidio Viña

OVIDIO "EL NEGRO" VIñA

En 1957 conoció a Carlos Basilio Mycio Martincorena en Buenos Aires y de inmediato trabó una profunda amistad con el uruguayo. Juntos formaron una pequeña banda que cometió varios asaltos en Buenos Aires y solían refugiarse en una casa quinta de las afueras. Finalmente, en 1960 decidieron cruzar el Río de la Plata y recalaron en Montevideo. Allí comenzaron una serie de atracos, el más sonado fue a la central de los grandes Almacenes Manzanares. El quiebre llegaría con el asalto al Cambio Paganini en el Puerto, donde poco después Viña y su hermano caen presos. “El Negro” contaría más tarde que no pudo escapar porque tenía una pierna lastimada. En prisión conoció a algunos de los históricos dirigentes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y se convirtió en militante de la organización. Murió en 2004.
Evelio Viña

EVELIO "EL MUERTO" VIñA

Hermano mayor de Ovidio, su parquedad le hizo ganar el apodo de “El Muerto”. Se unió al Mincho para comenzar la serie de atracos en Buenos Aires. Pese a ser el mayor depositaba una enorme confianza en su hermano y siguió todas sus andanzas, aún cuando años más tarde este se unió al MLN. “El Muerto” había sido un hombre muy activo en el sindicato de panaderos, pero finalmente decidió seguir los pasos de su hermano menor.
Nicanor Noguera

NICANOR "EL PORTEñO" NOGUERA

Conoció a los Viña en Buenos Aires y en 1960 se unió a la banda cuando decidieron cruzar a Montevideo para seguir delinquiendo. Es escasa la información acerca de este integrante de la banda, lo mismo que de quien fuera el chofer del coche de alquiler robado que utilizaron para el asalto al cambio, Óscar “El Pibe” Sarlanga. Tras el atraco que marcó la caída de la banda, Noguera logró escapar mientras los hermanos Viña y la mujer del Mincho eran capturados en un rancho de Malvín Norte. Noguera terminó siendo detenido en Durazno, exhausto y sin dinero.



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