LuisSuárez

El hincha

La suspensión de nueve partidos lo alejó dos años de la selección uruguaya. Esos segundos donde se le saltó la cadena contra Giorgio Chiellini lo dejaron sin Mundial, sin Copa América, sin las primeras cuatro fechas de las Eliminatorias y también sin varios encuentros que se fueron mechando entre todos estos torneos. Desde afuera, observó cómo la selección se quedó en octavos de final en Brasil 2014, cayendo con Colombia, y en cuartos de final en Chile 2015, perdiendo por mínima ante la selección local en un encuentro que sería recordado por la actitud de Gonzalo Jara que terminaría haciendo expulsar a Edinson Cavani luego de tocarle la cola. Fueron 16 en total los partidos (diez triunfos, un empate y cinco derrotas) que tuvo que observar por televisión.

Apenas estuvo en tres amistosos a fines de 2014 (ante Arabia Saudita, Costa Rica y Omán), que dejaron entrever que Uruguay lo extrañaría a pesar de que luego el equipo terminaría consiguiendo buenos resultados en el inicio de las clasificatorias rumbo a Rusia 2018. El “Pistolero” marcó tres goles, estiró a 44 su récord como máximo artillero de la selección y desde allí no le quedó otra que alentar como un simple fanático y dejar pasar el tiempo. Siempre dijo presente. Por redes sociales o en cada nota manifestó sus ganas de volver y habló en presente, como integrante directo de este equipo. Aunque no podía estar dentro de la cancha y tampoco alentándolos desde la tribuna como cuando lo expulsaron de Brasil, Luis Suárez fue un hincha más de la selección uruguaya y no ocultó sus alegrías, sus tristezas ni sus enojos por cada hecho que ocurría en relación a la vida de la Celeste. Estuvo cerca de la mayor y también de los juveniles. Alentó a todas las categorías, felicitó a los “nuevos” que se fueron sumando al proceso durante su ausencia y hasta sacó la cara por sus compañeros cuando los resultados no se dieron. Nunca perdió su espacio. Asimismo se lo hicieron sentir en el grupo durante la Copa del Mundo dejando su camiseta en el vestuario en el choque ante el combinado cafetero.

“Lucho” esperó 640 días. La selección se perdió sus dos mejores años sin él en la cancha. La espera terminó. Está de vuelta y justo en Brasil, el mismo país donde le dieron el cachetazo más importante de su carrera.